viernes, 18 de noviembre de 2011

Crítica de Asesinos de élite


Director: Gary McKendry
Guionista: Gary McKendry
Matt Sherring
Productor: Sigurjon Sighvatsson
Steven Chasman
Michael Boughen
Tony Winley
Música: Johnny Klimek
Reinhold Heil
Fotografía: Simon Duggan
Montaje: John Gilbert

Rompecuellos ha llegado a la ciudad

Hoy nos hablaba Alberto Fijo, nuestro ilustre e ilustrado profesor de Crítica de Cine y Televisión del fenómeno fan. De las masas de espectadores que abarrotan las salas de cine en busca de un producto cinematográfico prefabricado y listo para su consumo. En eso consiste la saga Crepúsculo; en eso consiste la peli del realizador Gary McKendry.
Asesinos de élite es una de esas películas que no merece la pena ni criticar. Tan siquiera el tráiler trata de venderte las conspiraciones políticas o las disputas geoestratégicas que subyacen a los palos y los tiroteos varios. Los creadores del filme asumen que el espectador acude al cine a ver dar y recibir, y no limosna precisamente. El argumento aborda una historia basada en hechos reales sobre unos ex agentes secretos del SAS (la inteligencia británica) dedicados en su días a matar por un jornal, pero bajo el auspicio de Su Majestad. Ahora lo hacen por cuenta propia.

Tampoco es una película que merezca la pena recomendar a ‘nadie’, a menos que ‘nadie’ brincara de emoción con cada puñetazo del calvorotas Jason Statham en la saga Transporter. Sin me apuras, ni la estructura del guión parece bien hilvanada.

Pero, ¿y De Niro? Pues tampoco, mire usted. Apenas aparece unos 20 ó 30 minutos, para más inri como un pobre ex agente secreto desvalido y en horas bajas a quien hay que rescatar. Aporta un par de guiños de estilo a la cámara y se retira a su camerino.
Lo mejor, contar con el discernimiento suficiente como para colocar en la papelera de reciclaje a semejante bodrio. Lo peor, la película.

toñin Pineda


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