lunes, 11 de abril de 2011

Hasta en las mejores columnas

Hoy he mandado al periódico ABC la siguiente carta al director. Un artículo del mencionado periodista y escritor aludía al afincado debate, abierto tras el anuncio de Zapatero de no presentarse a las próximas elecciones como candidato a la Presidencia. En este debate, como bien sabemos, son indudables protagonistas los ministros Chacón y Rubalcaba. El periodista en cuestión comparaba por tanto a la ministra de Defensa y al ministro de Interior con las figuras de Dios y los gitanos respectivamente. Mi indignación fue tal que aquí me tenéis a tan insolentes horas remitiendo correos al rotativo y posteando en el blog.....en fin.... Aquí mi texto.

"Cada mañana que cojo esta cabecera entre mis manos, espero contar un día más con el toque de sabiduría y sobre todo sentido común que el columnista Juan Manuel de Prada aporta a ABC. No solo por la belleza de su pluma sino por el encomiable trabajo que realiza con sus líneas elogiando la prestancia y honra de figuras como Carme Chacón, o zarandeando la contumacia de los mentecatos que se reían cuando Julian Assange iba a ser procesado por presuntos abusos sexuales; no olvidaré eso que Juan Manuel llamó “el delito Assange”. Sin embargo, el lunes 11 fue diferente. La rabia y la decepción confluyeron a partes iguales por mi mente cuando leía la comparativa que en su columna de opinión hacía entre Rubalcaba y los gitanos. Al margen de la mayor o menos solvencia política del ministro, la antítesis hecha entre Dios y la raza gitana situando a esta última en el más ínfimo escalón del arquetipo fue algo digno de un colegial incapaz de medir sus palabras, algo que no entiendo cómo ocurre hoy día. Este tipo de términos usados con tintes más o menos peyorativos son habituales en nuestro lenguaje diario, e incluso no siempre usados con vil intencionalidad sino que son un mero reflejo que el lenguaje hace del sentir social más o menos actual. Supongo que la desaparición de términos como gitano, judío o maricón para referirse a sujetos sibilinos y malhechores, codiciosos y avaros, o de dudosa virilidad y valentía respectivamente será trabajo del tiempo, la maduración y la enseñanza; esta clase de estereotipos son más propios de un coloquio entre concursantes de Hombres, Mujeres y viceversa que de un espacio para el enriquecimiento como el citado. Semejante generador de opinión pública y tamaño intelectual debería medir más sus metáforas cuando éstas desprenden un tufo tan racista. Un desliz que pienso y confío en que tan solo haya sido motivo de su vehemencia y premura al redactar."

Para tratar de comprender mejor mi enfado, lean la columna de Prada en: